Vamos de paseo
Al parque, a la playa o por la ciudad son muchas las familias que diariamente o los fines de semana salen con sus hijos a dar un paseo. Algo realmente placentero. Un poco de aire fresco y tantas cosas que ver.
El niño de 18 meses a 2 años de edad puede recorrer kilómetros caminando; e incluso puede superar obstáculos, subidas empinadas y escaleras.
Simplemente que camina con una finalidad diversa a la nuestra. El adulto camina para alcanzar una meta y va a por ella. Si vamos al parque nada nos parara hasta que consigamos llegar. El tiempo está calculado. Tanto para llegar y tanto para volver.
Pero para el niño es diferente. Para él la experiencia se inicia desde que abrimos la puerta. Así nos encontramos con escenas de niños mirando el felpudo, una arañita en las escaleras, su reflejo en un escaparate, una hoja en el suelo… todo, absolutamente todo, está dentro de su radio de curiosidades.
El pequeño camina para elaborar las propias funciones, tiene un objetivo creativo de sí mismo. Es aún lento; no tiene aún el ritmo del paso (…). Pero las cosas a su alrededor lo atraen (…). La ayuda que debería dar el adulto es aquel de renunciar a su propio ritmo, a su propia meta.María Montessori.
Desde Eleven os invitamos a probar un paseo observándolo a él, sin prisas, sin destino.
